Los problemas propios de la emigración han comenzado a cebarse con José Ignacio Wert, el popular exministro de Educación, Cultura y Deporte recientemente expulsado de España para dirigir la delegación permanente de este país (que no se dice este país, se dice Eshhhhpaña) ante la OCDE en París.
A su llegada en vuelo low-cost desde Punta Cana, Wert y su esposa Montserrat Gomendio fueron recibidos en el aeropuerto por millones de fans. Por caprichos del azar y el destino, se da la gran casualidad de que Gomendio también trabaja en la OCDE desde hace unos meses.
Fuentes aeroportuarias informaron de que el ex ministro protagonizó un pequeño incidente con la compañía low-cost que lo trajo a la ciudad de la luz porque “su equipaje de mano sobrepasaba los diez kilos de peso máximo”. “Pasé por Mercadona y se me fue la mano comprando chorizo pamplonica para Montse”, argumentó Wert, quien también alegó que “mi señora se trajo hasta los botecillos de champú de la suit que nos pagó el amigo mafioso del ministro Soria”.
Resueltos los problemas para cargar los bártulos en el coche oficial, el nuevo chófer personal de la pareja puso rumbo hasta su pequeño estudio de 500 metros cuadrados de la avenida Foch, ubicado en uno de los barrios más peligrosos de la capital francesa. Fuentes del KGB explicaron que el número de banqueros, dictadores y mafiosos repunta estos días en las inmediaciones del Arco del Triunfo, a escasos metros del humilde ático de Wert.
Nada más llegar a su nuevo hogar, el ahora embajador ante la OCDE reaccionó con virulencia al saber que este año no podrá votar en las elecciones generales que, según varios astrólogos, tendrán lugar a finales de año. Los limitados plazos para rogar el voto por correo y la falta de información dejarán este año a Wert y a otros 1,5 millones de emigrantes españoles sin votar.
El político mejor valorado del gobierno de Rajoy también se reunió con su nuevo equipo de colaboradores, que cuenta con 11 consejeros, dos diplomáticos, un chófer y varios empleados domésticos, estos últimos elegidos tras un exigente concurso público. “Tendré que suprimir la cervecita de los viernes, con los 10.000 euros de sueldo no da ni para un pastis”, declaró Wert en alusión a la tradicional bebida de anís, una de las más baratas en las barras francesas. “Podemos ver Cine de Barrio, es más barato”, le sugirió por mensaje Íñigo Méndez de Vigo, nuestro ministro de Educación y ferviente amante del cine español.
El incidente de la jornada tuvo lugar durante un botellón con juventudes católicas a orillas del Sena. El padre de la ley LOMCE, que lleva de vacaciones desde el 26 de junio, sufrió una obstrucción accidental en las vías respiratorias cuando le pidieron doce euros por una lata de cerveza caliente. El exministro perdió sus derechos sanitarios al emigrar, por lo que su chófer Salibavá Salibaviene tuvo que practicarle la maniobra de Heimlich para que pudiera continuar con su apretada agenda en pro de la educación, el entretenimiento (llamado cultura hasta antes de su paso por el ministerio) y la palabra de Jesucristo Nuestro Señor, amén.
Wert entrará en faena en la OCDE “un día de estos” y podrá ampliar el rango de alcance de sus doctrinas en favor de la creación divina del cosmos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico se sumará al palmarés curricular del exministro, en el que también figuran varias empresas insignia de la marca España como el banco BBVA y el Grupo Prisa.
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El exministro Wert se enfrenta a las penurias de la emigración [HUMOR]