Cuaderno de bitácora
El primer relato del rincón escrito en verso
.
.
.
Para alguien de pueblo,
de aquellos lares de hortaliza y jornaleros
donde killo es el apelativo a cualquiera,
también a los más respetados,
es difícil imaginar hasta qué punto,
a tan sólo tres horas de avión,
todo cambia.
Frío y gélido viento de aires grisáceos
son compañeros inseparables,
el Sol no sale cada mañana
ni se cuela cada noche.
En cambio, te presentan el agua.
Lluvia, lluvia y más lluvia.
Y tras la lluvia, la nieve.
Es así como Albión
viene tratando a sus gentes.
Cuando acaba, el petricor trae
recuerdos de nuestro hogar,
como si toda tierra empapada
tuviese un olor similar.
Despiertas, escuchas pájaros,
el viento, atípicas voces.
Imposible conocerlas,
son extrañas si la oyes.
Forjadas sobre otras lenguas,
rígenlas distintas leyes,
son historias de sus pueblos.
Voces de melancolía,
echando en falta otras patrias,
ajenas a mis recuerdos.
Tal es el día a día
desde que se toma un vuelo.
dos años ya sin mi casa,
varios meses extranjeros.
Mes a mes, año tras año
ya se marcha el viejo invierno.
Otro más sin ver a mi gente,
otro lejos de mis cielos.
Tan sólo los sueños traen
la tierra a la que pertenezco.
Familia, viejos y abuelos,
no sé si tras esta marcha
a la vuelta nos veremos;
la mayor de las angustias,
fuente de temor y miedos.
¿En que momento aceptamos
que despertar es volar
y gastar tu vida lejos?
Empezó todo en verano,
otoño frío de añoranzas.
Después, el invierno llega.
Ahora que éste se termina
y nos trae la primavera,
Lejos pierde su sentido,
de cercanía se impregna.
Tu mente, antaño traidora,
ahora acepta las dos tierras.
O tres, o las que bien vengan.
Corazones divididos
el paso del tiempo deja.
Hasta que de nuevo escuchas
la llamada de una de ellas
¿de cuál?
de la que siempre traes en sueños,
en las alegrías y penas,
la que te imprimió el acento
y tus costumbres recuerdan.
Es la llamada que dice:
“Qué lejos estas, pequeño”
y el alma entonces se congela.
¡Nadie dude!
por encima de los llantos
y también de las miserias
este lugar sobre el mundo
es ahora nuestra tierra.
Aquí se ríe y se goza,
como otros ya quisieran…
Pese a estar en la distancia,
siempre sentiré que esperan
gentes en otros lugares.
Por ello, volver es presente
cuando otra aventura empieza.
Volver, tras tantas andanzas,
después de tantos tropiezos.
A veces, surgen las dudas,
de si es posible el reencuentro.
Si existirá tren o vuelo
hacia el mundo de mi sueños,
donde sea posible hallar
lo que precedió al destierro.
Si la tierra de tu mente,
la que añoras, la que sientes,
ya no existe, son recuerdos.
No son cosas que pasan porque sí, hay culpables. Son los que nos obligaron a tener tan magníficas vivencias, a enriquecernos en culturas distintas y a separarnos de nuestros seres queridos. Aquellos que nos echaron sin darnos la posibilidad de elegir, que siguen explotando a los que tienen bajo su yugo y que, aun estando lejos, continúan mermando nuestros derechos.
Alberto
2 Comments
Ole, ole y ole! Menudo arte!
Buen trabajo!
Qué bonito Alberto, muchísimas gracias por compartirlo.
Y sí, siguen explotando a quien tienen a su alcance y nos siguen robando derechos aunque pongamos tierra de por medio.